lunes, 9 de abril de 2007

Paradigma

La palabra paradigma es utilizada para indicar un patrón o modelo, un ejemplo fuera de toda duda, un arquetipo.
Actualmente podemos distinguir varios paradigmas dentro de la educación muchos de los cuales a esta altura parecen obsoletos y anticuados, pero que aún así siguen estando presentes y de forma muy vigente en las salas de clases debido a que como profesores muchas veces somos el fiel reflejo de los modelos educativos a los cuales se estuvo sometido durante nuestra propia educación y, por ende, en diversas ocasiones solo repetimos el modelo al cual estuvimos expuestos aún cuando hayamos aprendido otro tipo de paradigmas, pues es muy difícil desprenderse de un modelo que se presentó a lo largo de toda nuestra educación primaria y secundaria, por lo tanto, el hecho de tratar de acomodarse a nuevos paradigmas que exige la educación actualmente es complejo.
Los modelos a seguir que nos exige la educación actualmente se relacionan con alumnos que ya no son solo receptores de conocimiento o actores pasivos, sino que se habla de actores con un rol totalmente activo dentro del aula donde el profesor no es un sabio que se presenta sobre una tarima a dar una charla o un discurso, sino un ente guiador constructor del conocimiento; no solo de conocimiento de forma individual, sino que es constructor de un tipo de conocimiento que incorpora todos los factores sociales y culturales que rodean al alumno. En consecuencia, estamos frente a un educador entendido como un guía que mediatiza los saberes socio-culturales que debe internalizar el alumno, y a un alumno que reconstruye el conocimiento primero en un plano interindividual y luego intraindividual, de esta manera el profesor y el alumno exploran y aprenden juntos Los contenidos entregados de esta manera, entendiendo contenidos como:”el conjunto de saberes o formas culturales cuya asimilación y apropiación por los alumnos y alumnas se considera esencial para su desarrollo y socialización.” (Coll y otros, 1994) son, por supuesto, todos los elementos conceptuales que el avance de la ciencia y las necesidades de resolver problemas determine, pero con igual nivel de compromiso, es tarea del profesor enseñar los procedimientos mentales que permitan actualizar los conceptos y aplicarlos a la realidad, y las actitudes y valores que entran en juego cuando dicha aplicación tiene lugar.
Si hablamos de educación para el siglo XXI debemos romper con muchos de los modelos que como profesores traemos desde la niñez y comprender que la educación no se debe centrar ya sólo en los ‘saberes’, sino que debe poder dar cuenta de la formación de las ‘competencias’ para el hacer, es decir, pasar de una actitud pasiva y contemplativa, a una activa y de intervención sobre la realidad.